burnout estar quemado en el trabajo
21
Jul

Burnout, desconectar en vacaciones y una pandemia que no termina

Ahora que estamos en pleno verano seguro que muchos estás ansiando que llegue el momento de las vacaciones para desconectar del trabajo, donde cambiamos las pantallas de los ordenadores por toallas de playa, los trajes de chaqueta por bañadores, bikinis y chanclas, el reloj se queda en casa y en su lugar nos llevamos un librito para relajarnos mientras disfrutamos del sol y el agua. Y si cuando pensamos en todo esto sentimos alivio… seguramente sea porque llevemos un ritmo de trabajo que puede que nos esté provocando burnout o el síndrome de estar quemado por el trabajo.

¿Qué es el burnout?

No es nada nuevo, ya que el término tiene origen en 1974 cuando Freudenberger lo introdujo al observar las consecuencias que tenía para algunas personas el trabajo como voluntarios con toxicómanos. Se dio cuenta que tras un tiempo realizando ese trabajo algunas personas perdían energía, terminaban agotadas, sufrían desmotivación por su trabajo, se mostraban menos sensibles y comprensivas en su trabajo y se volvían más agresivas en el trato con las personas. Así la definición de este síndrome sería la sensación de agotamiento, frustración y pérdida de interés por el trabajo, que surge especialmente entre aquellas personas dedicadas a los servicios, con contacto diario con otras personas (Ortega y López, 2003).

Pero, ¿qué es lo que nos quema? Pues entre las variables organizaciones que se han visto involucradas en la aparición de este síndrome encontramos (Ortega y López, 2003):

-El clima organizacional y bienestar laboral. Cuanto más positivo es el clima laboral, el bienestar y la satisfacción laboral menor es el estrés que los sujetos perciben en el trabajo.

-El grado de autonomía de los trabajadores. En los trabajos que dependen de otras personas, y por lo tanto el trabajador tiene poca capacidad de toma de decisiones, se ha visto que puede ser un antecedente para desarrollar este síndrome.

-La ambigüedad del puesto de trabajo. Se entiende como la incertidumbre entre las exigencias del propio trabajo y los métodos con los que debe ser ejecutado, a mayor incertidumbre mayor probabilidad de desarrollo de burnout.

-La falta de reciprocidad. Se trata de la sensación de no ser recompensado como se merece o que se da más de lo que dan por ti.

-Otros aspectos relacionados con la logística: el número de horas de trabajo, tipo de contrato y tipo de servicio. Por ejemplo se ha visto que sufren un mayor grado de desgaste aquellos profesionales que pasan un mayor número de horas en el trabajo, con un contrato eventual o cambiante y aquellos que ofrecen servicios relacionados con la salud de las personas.

Los síntomas del burnout

Los estudios han evidenciado que los síntomas que provoca el estar quemado en el trabajo se dan en tres esferas: física, psicológica y el propio ámbito laboral (Ortega y López, 2003):

-Salud física: hipertensión, enfermedad coronaria, fatiga crónica, cefaleas y migrañas, alteraciones gastrointestinales, asma, alteraciones del sueño, alteraciones en la piel, disfunciones sexuales y dolores musculares o articulatorios.

-Salud psicológica: ansiedad, depresión, irritabilidad, disforia, baja autoestima, falta de motivación, baja satisfacción laboral, dificultades de concentración, distanciamiento emocional, sentimientos de frustración profesional y deseos de abandonar el trabajo.

-Ámbito laboral: absentismo, abuso de drogas, aumento de conductas violentas, conducción temeraria, ludopatía, alteraciones de la conducta alimentaria, disminución de productividad, falta de competencia y deterioro de la calidad de servicio de la organización.

Estas 3 esferas se relacionan entre ellas, de tal modo que el malestar que en origen se centraba en el ámbito laboral acaba por transferirse al personal y social, debilitando a la persona en todas las esferas de su vida.

Burnout y una pandemia

burnout y una pandemia

La pandemia del Covid-19 no ha hecho más que incrementar los casos de burnout, afectando al 75% de los empleados que teletrabajaron a raíz de la pandemia (Cigna, 2020). Las razones de este incremento son múltiples: una fugaz transformación digital, la inestabilidad económica que genera incertidumbre y miedo a perder el trabajo, incertidumbre también sobre la salud de uno mismo y sus personas queridas, miedo a contagiarse en el entorno laboral, convertir el hogar en el lugar de trabajo y, especialmente, la falta de desconexión derivada de un cambio hacia el modelo de teletrabajo apresurado y sin meditación. Esto ha generado un enorme estrés entre los trabajadores que han tenido que adaptarse a esta nueva forma de trabajo de la noche a la mañana y que, además, no pueden desconectar ya que su lugar de trabajo es su propio hogar, su ordenador y, en muchos casos, su teléfono personal.

A todo esto debemos añadir el factor cultural de nuestra sociedad, donde se valora el éxito por encima de casi cualquier cosa, de tal modo que por un lado se lanzan mensajes de flexibilidad laboral, conciliación, desconectar… mientras que por otro se castiga o critica el perder el tiempo, no ser productivo las 24 horas del día o se presiona para incrementar la productividad y la competitividad a toda costa.

El resultado de todo esto es un cóctel explosivo que termina por quemar a los trabajadores en el mejor de los casos, en el peor caen en depresión y/o abandonan el trabajo.

Cómo evitar el burnout desde la empresa

burnout en el trabajo

Dado todo lo anterior es primordial que las empresas emprendan acciones para prevenir que sus trabajadores lleguen a quemarse, ya no solo por una cuestión de calidad humana, sino porque también va a repercutir en la productividad de la propia empresa. Entre las acciones que se pueden poner en marcha se encuentran las siguientes:

-Incrementar la comunicación. A todos los niveles y por distintos canales, también es importante dar opción a feedback por parte de los trabajadores para que se sientan escuchados. Incluir actividades de ocio entre los trabajadores o team building puede ser una buena idea para evitar la soledad en el puesto de trabajo y generar sentimiento de comunidad.

-Claridad en los objetivos. La incertidumbre es un problema y la ambigüedad del puesto de trabajo otro, cuanto más claros seamos en los objetivos y cómo conseguirlos mayor bienestar generaremos entre los trabajadores.

-Lanzar mensajes sobre el bienestar. No solo a nivel teórico, sino llevándolo a la práctica, es decir, que los trabajadores puedan cogerse las vacaciones sin sentirse culpables por abandonar su puesto de trabajo, o que pueda tomarse un descanso para tomar un café en medio de una jornada intensa sin las miradas juzgadoras de los compañeros.

-En línea con lo anterior, fomentar la desconexión laboral, por ejemplo con correos electrónicos y teléfonos de empresa que se desconectan al terminar la jornada laboral.

-Implementar la flexibilidad laboral para reducir el estrés y la tensión que puede generar la falta de conciliación con la vida personal.

-Promover los resultados y no las horas. Echar más horas no significa ser más productivo, por eso los premios, los reconocimientos, las valoraciones y los elogios deberían ir orientados a los resultados.

Estas acciones se relacionan directamente con lo que los propios trabajadores buscan de sus empresas (Cigna, 2020), que no es otra cosa que mayor flexibilidad horaria, una semana laboral concentrada en menos días, mayor seguridad laboral y tener la posibilidad de teletrabajar.

Y si ya estoy quemado/a ¿qué puedo hacer?

Lo primero de todo, si te encuentras muy mal y no sabes qué hacer para salir de este estado, pedir ayuda a profesionales de la psicología que te puedan orientar en ese proceso. Pero si lo que sientes es que empiezas a caer en ese estado y no quieres que vaya a más hay algunas acciones que puedes llevar a cabo para evitar que empeore la situación:

-Establecer una carga de trabajo objetivamente. A todos nos gustaría hacer más de lo que hacemos, pero cada tarea exige unos tiempos y unas capacidades y debemos ser conscientes de eso. Cargarnos con un exceso de trabajo solo nos causará más estrés y agotamiento en nuestro trabajo.

-En relación con el punto anterior: pedir ayuda. Comunica tu estado de saturación y habla con tus compañeros y jefes sobre las distintas posibilidades que hay para diversificar la carga de trabajo y que pueda ser asumible por todos.

-Recuerda qué te gusta de tu trabajo. Los problemas y la saturación del día a día nos hacen olvidar por qué nos presentamos a ese puesto de trabajo. Párate a analizar tus funciones y aprecia aquellas cuestiones que sí te gustan de tu trabajo.

-Busca tiempo para ti y los tuyos. Es importante desconectar del trabajo y nada mejor para hacerlo que disfrutar de aquellas actividades y personas que te llenan de verdad. Aprende a disfrutar al máximo de tu tiempo libre.

Tanto si gestionáis una empresa como si trabajáis en una esperamos que estos consejos os ayuden a prevenir más casos de burnout y a mejorar la salud y el bienestar del máximo número de personas posible. 🙂

 

Referencias bibliográficas

Cigna (2020). Cigna presenta los primeros resultados del estudio Cigna covid-19 global impact. Recuperado de https://www.cignasalud.es/sala-de-prensa/notas-de-prensa/cigna-presenta-los-primeros-resultados-del-estudio-cigna-covid-19

Freudenberger, H. J. (1974). Staff burnout. Journal Social Isuues, 30, 159-165

Ortega, C. y López, F. (2003). El burnout o síndrome de estar quemado en los profesionales sanitarios: revisión y perspectivas. International Journal of Clinical and Health Psychology, 4(1), 137-160

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