Experiencia en Design Thinking con personas mayores
¿Cuando piensas en procesos o talleres de co-creación, en qué piensas? ¿Qué perfiles participarán? ¿Cómo serán los asistentes?
En los últimos años, hemos visto las metodologías de co-creación en cada vez más ámbitos aunque, por lo general, en los relacionados con el mundo del emprendimiento o de las consultoras más punteras. No solo eso, l@s participantes que se ven en los diferentes proyectos suelen ser personas de perfil cuya edad es más bien joven o que está en el mercado laboral.
Desde hace un par de años he tenido la gran suerte de participar en proyectos muy interesantes, como parte del equipo del Instituto Matia, cuyo principal objetivo consiste en mejorar el bienestar de las personas mayores.
Uno de los que más me ha marcado, quizá por la dificultad de la temática, fue un proyecto apoyado por el Gobierno Vasco en el que la finalidad consistía en aprender a vivir solo y bien, en aprender a disfrutar la soledad. No es un tema tan sencillo si tenemos en cuenta que uno de los mayores miedos de las personas es terminar su vida solo.
Decía un personaje en Papá por siempre: “solía pensar que la peor cosa en la vida era terminar solo. No lo es. Lo peor de la vida es terminar con alguien que te hace sentir solo”. Y de hecho, un refrán ampliamente conocido va en esta línea: mejor solo que mal acompañado. ¿O era al revés? ¿Tanto miedo tenemos a la soledad o quizá es al significado que le atribuimos? ¿O quizá lo que significa? ¿Y cómo podemos llevarnos bien con ella?
La imagen de las personas mayores solas que nos arrojan los medios de comunicación es negativa, lo que unido a los datos desoladores de estudios que afirman que la soledad mata y al número cada vez mayor de personas que viven solas actualmente, plantean un escenario claramente parcial y pesimista. Por todo ello, necesitábamos una metodología que nos ayudase a salir de esta caja y explorar diferentes estrategias para vivir la soledad de una manera más positiva y, así, aportar soluciones diferentes a un problema complejo y de gran actualidad.
Sesiones de co-creación con mayores
Fuente: Fipem
Ni cort@s ni perezos@s, organizamos varias sesiones en las que durante cuatro horas llevamos a cabo la aplicación de la metodología Design Thinking contando con la participación de personas mayores con perfiles muy diferentes y profesionales de distintos ámbitos que tuvieran contacto con personas mayores solas.
Es tentador pensar que esta metodología no es adecuada para estas edades: quizá es demasiado innovadora o disruptiva, con un ritmo muy rápido, un nivel de reflexión profundo o ¿cómo les vamos a pedir que hagan un brainstorming, un mapa de empatía o un prototipo? De veras, quien llegado a este punto piense que las personas mayores no consiguen implicarse en este tipo de tareas, es que poco contacto ha tenido con ellas.
Sucedió todo lo contrario, l@s participantes tuvieron mucho que decir y realizar en estas sesiones, fue enormemente enriquecedor. Muchas de las personas que participaban se enfrentaban a situaciones similares en sus vidas, por lo que la cercanía de sus aportaciones manifestaba los detalles que marcan la diferencia entre comprender un problema o verlo desde la distancia. Pero lo mejor de trabajar con estas personas es la transparencia y honestidad con la que comparten sus situaciones y experiencias, el compromiso que desarrollan con las tareas, ya sea un mapa de empatía, la creación de prototipos o el testeo de los proyectos.
Empatizando juntos
A estas alturas sabemos que empatizar implica conectar con otras personas, con sus sentimientos y necesidades. En ocasiones no es tan sencillo y hay técnicas que nos facilitan esta tarea, como el mapa de empatía. Este nos permite un mejor conocimiento y más profundo del usuari@ o, como se suele decir, ponernos en sus zapatos. En estas sesiones recurrimos a ellos para ayudarnos a hacer una foto detallada del reto a resolver, con todos los detalles posibles, y he de decir que fueron clave.
L@s participantes iban rellenando las situaciones planteadas con sus ejemplos cotidianos, así como de las estrategias que les funcionan y lo que necesitarían en momentos concretos. Decir esto se queda corto, así que lo diré de otra manera. ¿Recordáis los primeros móviles? En los que la imagen era en blanco y negro súper pixelada. Pues empatizar en grupo con las personas con las que hicimos las sesiones fue como pasar de aquellos primeros teléfonos a los de nueva generación.
De definir a los resultados
Es cierto que la palabra insight no fue tan sencilla de entender para las personas, pero el concepto lo pillaron enseguida. Conseguimos llegar a las necesidades reales de cada perfil de una manera que no podríamos haber pensado antes. ¿Sabéis eso de tener el as para matar el tres? Pues eso traído a la definición de los problemas.
De ahí, como se puede imaginar, comenzamos la etapa de la ideación aplicando un brainstorming o una lluvia de ideas. Al principio, eso de dibujar los conceptos de las ideas no caló bien, cierto es, pero conseguimos unir a algún adepto. ¿Os los imagináis con post-its aportando ideas en un tiempo limitado y a un ritmo acelerado? ¿Cuántas creéis que sacaron por grupo? Ya podéis ir eliminando estereotipos porque, la verdad, much@s l@s envidiaríais. Quizá es la libertad mental que han alcanzado o el compromiso con la tarea, pero los resultados fueron francamente buenos.
De todo esto sacamos diferentes propuestas para hacer iniciativas que articulaban y enseñaban estrategias personales, sociales y comunitarias para conseguir abordar un problema que tan de actualidad está. Un problema social complejo que en el fondo, según las propias personas con las que trabajamos, antes o después nos vamos a encontrar con él. Será mejor, por tanto, aprender a navegarlo.
No pretendo generalizar, pero la experiencia hasta la fecha realizando proyectos de co-creación con, por y para personas mayores ha sido plenamente satisfactoria tanto desde el punto de vista de la experiencia como de los resultados. Desde luego, lo considero una metodología válida como complemento a otros enfoques que, por supuesto, nos encantará aplicar. ¡Cuánto mejor irían los proyectos orientados a solventar necesidades de las personas mayores si las incluyeran desde el principio!