Sé tu propio Señor Lobo: haz crecer tu capacidad de solución de problemas
Cuando hablamos de Design Thinking a menudo afirmamos que nos hace capaces de resolver problemas complejos y detectar nuevas oportunidades de negocio. Seguir esta metodología nos permite descomponer el problema en problemas más pequeños que son más fáciles de abordar y así, se convierte en una tarea fácil de resolver. Todo suena bien, pero en realidad no es tan fácil; se requiere entrenamiento y, por supuesto, habilidades, muchas de las cuales están muy relacionados con los temas que ya hemos hablado en este blog, como la empatía, el trabajo en equipo, colaboración, etc. Todo ese conjunto de habilidades es lo que llamamos la capacidad de resolución de problemas.
Las cosas se complican, tan solo debemos saber responder a las circunstancias
Hay un hecho que no se puede pasar por alto, las cosas se complican y salen diferente de lo que habíamos pensado, incluso con la mejor planificación. Hay hechos que no podemos controlar y hay que estar preparados para actuar en esas situaciones.
No importa si necesitas mejorar los resultados de tu empresa, obtener mejores contactos y más productivos, encontrar una nueva manera de desarrollar tu carrera; agradecerás tener una buena capacidad de resolución de problemas. Esta mentalidad o actitud ante los problemas te ayudará en muchas tareas diferentes que te encuentras a diario.
Si eres capaz de adoptar una mentalidad de resolución de problemas, estarás más seguro y listo para la acción cuando sea necesario, te verán como un compañero en el que pueden confiar y una parte muy importante del equipo.
Cómo mejorar tu capacidad de resolución de problemas
Pero, ¿cómo podemos conseguir esa forma de pensar? Aquí tenemos 5 de los conceptos más importantes que son intrínsecos a la metodología de Design Thinking y que debes tener en cuenta cuando se te presenta un problema:
– Tómalo con calma. No pierdas los nervios, hay situaciones que pueden ser muy difíciles y que te pueden hacer pensar en las consecuencias antes de que sucedan, enfadarte y perder el tiempo que te queda para resolverlo quejándote en vez de solucionarlo. Perder las formas te afectará a ti y a tu equipo, y muchas ideas y soluciones nunca llegarán a descubrirse si esto sucede. Tienes que aceptar la situación y buscar los aspectos positivos que tiene.
– Acepta el desafío. No lo tomes como un problema, un dolor de cabeza o una carga, piensa en él como una oportunidad para demostrar tu valor, lo que hará que parezca mucho más fácil con bastante rapidez. Los problemas no desaparecen haciendo caso omiso de ellos, si tus competidores lo están haciendo mejor que tú, quizá no sea sólo suerte, tal vez puedas mejorar el rendimiento; simplemente afróntalo.
– Sé curioso y obtén información fiable. Ya hemos hablado de que la importancia de la empatía es conseguir la mayor cantidad de información veraz y útil para nuestros proyectos. Esto será fundamental para el resultado del mismo. No mires las cosas, obsérvalas; realiza una observación activa de los hechos y pregúntate por qué las cosas son como son, incluso si siempre han sido así. No tengas miedo de preguntar, las cosas muchas veces no tienen una razón para ser de una determinada manera, simplemente son así porque era lo mejor en aquel momento para una persona concreta, pero sin duda puede ser mejorado.
– Define el desafío. Si quieres resolver algo, mejor que sepas lo que es más importante, lo que quieres conseguir. Da un paso atrás y considera por qué es importante para ti (sal fuera de la caja), te ayudará a verlo claro. Si no sabes cuál es el objetivo final, todo tu esfuerzo puede simplemente servir para cambiar el problema o ocultarlo por un tiempo, pero no resolverlo. Piensa que trabajas en un equipo que tiene que resolver un problema, pero no está claro porqué del mismo, no hay un horizonte a la vista ni una dirección a la que dirigirte; en esa situación es probable que tu equipo empiece a romperse y a tomar diferentes direcciones que podría terminar en un desastre.
– Sé crítico y autoexigente. Las cosas a veces tienen soluciones comunes o tradicionales que parecen buenas y que a veces pueden ser adecuadas, pero estamos buscando la mejor. Las primeras soluciones que vienen a la mente son normalmente bastante obvias y te llevarán hasta el punto donde empezaste. Si deseas realmente impactar e innovar, trata de ir más lejos, trabaja en equipo, comparte ideas, tantas como sea posible, y no seas vago. Motívate con el desafío al que te enfrentas, disfruta del camino y conseguirás lo mejor para tu proyecto, de este modo será más probable que consigas innovar.
Así que ahora, si estás intentando crear un nuevo producto innovador en tu empresa, lanzar un nuevo servicio, crear una nueva empresa o mejorar diferentes aspectos de tu vida: ya estás listo para afrontarlo, aunque esperamos tus problemas sean diferentes a los que se enfrenta el Señor Lobo en la película Pulp Fiction 😉